fatiga pandemica

Fatiga pandémica

A qué llamamos Fatiga Pandémica

 Desde el 11 de marzo de 2020 nos enfrentamos a una situación de incertidumbre que aparece de manera repentina y cambia nuestros hábitos, manera de trabajar, incluso en la forma de relacionarnos. ¿Nos ha hecho más impacientes e irascibles con los demás esta situación? ¿a pesar del tiempo trascurrido, el impacto psicológico producido por la pandemia nos sigue afectando?

Seguro que, desde entonces, has podido notar ciertos cambios que han podido afectar a tu calidad de vida. Esto ahora tiene un nombre: fatiga pandémica.

La OMS define la fatiga pandémica como desmotivación y cansancio producido por la situación prolongada de pandemia, por la gravedad y las restricciones como las que estamos viviendo que afectan a una gran parte de la población (confinamientos, aforos limitados, distanciamiento social, etc.)

Cómo sé si padezco fatiga pandémica

Lo que se expone a continuación son algunos de los síntomas que parte de la población padece con más frecuencia desde la pandemia. Algunos estudios indican que este tipo de síntomas son esperados en este contexto, a pesar de tener buenas estrategias o recursos para afrontar una situación de estrés como la que estamos viviendo. A pesar de ello podemos minimizar el impacto de estos síntomas.

SÍNTOMAS

Tristeza y pérdida de interés o motivación

Ansiedad y estrés

Cansancio físico y emocional

Problemas de sueño

Mayor irritabilidad o susceptibilidad ante eventos poco importantes

Ansiedad social

Sentimientos de soledad

Dificultades de atención y concentración que pueden conllevar fallos de memoria

Qué puedo hacer para afrontar la fatiga pandémica

A continuación, te dejamos algunas estrategias para mejorar tu calidad de vida, seguramente muchas las conoces y las hayas visto o leído infinidad de veces en los últimos dos años, pero ¿realmente las pones en práctica?

En primer lugar, aprende a identificar adecuadamente tus emociones y las de los demás, y aceptarlas sean agradables o desagradables, siendo estas normales y adaptativas.

Céntrate en el presente, y en lo que consideras esencial en tu vida.

Vuelve a hacer planes que te ilusionen y que puedas compartir tu entorno, recupera el control de tu vida.

Cuídate. Come de manera saludable, duerme las horas que necesitas, haz ejercicio físico moderado y diariamente, y practica actividades placenteras y relajantes.

A veces es adecuado tener tiempo de no hacer nada, permítete ese tiempo improductivo, verás que no solo reduce el cansancio físico y emocional, sino que puede potenciar tu creatividad y tu motivación.

Mantén el contacto social, no te aísles. Haz planes con gente e incluso plantéate actividades sociales diferentes y con personas variadas.

Y, sobre todo, ponte metas realistas y alcanzables que te ayuden a identificar los cambios y logros que estás haciendo en tu día a día con el fin de mejorar tu calidad de vida.